A continuación os presentamos unas reflexiones interesantes sobre las que Héctor os invita a pensar y a hacer vuestros comentarios:
La corrección política
EEUU está siendo dominado por una ideología extraña, una
ideología hostil a la cultura occidental. Ahora, por primera vez en la
Historia, los estadounidenses tienen que tener verdadero cuidado con lo que
dicen, cosa que nunca antes se había visto.
(Paul Weyrich, activista conservador estadounidense, en una carta de 1999)
Hola a todos, y de antemano, gracias por molestaros en
leerme. Se me ofreció la posibilidad de que un artículo mío de opinión fuese
publicado en la revista de este instituto, posibilidad que yo acepté muy
gustosamente. En principio, dudaba sobre si tratar este tema o tratar el
racismo anti-blanco en Sudáfrica, pero, tras sopesar, para no salirme demasiado
de lo que es aquí objeto de opinión, decidí que lo más conveniente sería que me
centrara en lo que me dispongo a tratar ahora mismo, que además, es un tema más
amplio.
El término de corrección política es
reciente. No hay una definición formal del mismo, pero, en principio, diríamos
que algo es políticamente correcto cuando se hace siguiendo ciertos dogmas de
la sociedad actual, que en promedio, son aceptados y compartidos por el grueso
de la población. Y cuando se hace sin seguir dichos dogmas, pues es
políticamente incorrecto.
Para mayores señas, yo diría que, con una probabilidad,
muy alta, algo es políticamente incorrecto cuando es favorable a lo que se dice
que en el pasado fue opresor o dañino. Con ejemplos se entiende mejor: si se
dice que antes el catolicismo era algo impuesto e intolerante, hoy día, quien
defiende al catolicismo es considerado retrógrado, desfasado, ignorante,
fanático... Si se dice que antes las mujeres no tenían derechos, y que los
hombres eran quienes controlaban la sociedad, hoy día, defender los derechos de
los hombres frente a ciertos abusos de la doctrina feminista, es considerado
machista. Si se dice que antes hubo rechazo y persecuciones contra ciertos
colectivos alógenos, hoy día, criticar (aunque sea con total fundamento) a esos
colectivos, es considerado racista y xenófobo. Si se dice que antes no había
derecho a defender la Democracia, hoy día, criticarla equivale a ser acusado de
fascista, y puede suponer desde rechazo e incomprensión hasta penas de cárcel
(y no voy a mencionar casos concretos, que eso ya sería demasiado políticamente
incorrecto). Si se dice que antes los homosexuales eran perseguidos, hoy día,
estar en contra de la homosexualidad equivale a ser atacado, y a ser llamado
homófobo.
Retrógrado, machista, racista, fascista, homófobo... son
mantras de la sociedad políticamente correcta. Dejando de lado el origen
religioso del término, un mantra es algo que, en respuesta a un estímulo, se
«dispara» en el cerebro de quien lo tiene implantado contra quien haya
provocado el estímulo. En la sociedad políticamente correcta, por ejemplo, el
siguiente estímulo: Los inmigrantes constituyen en España el 60% de los
encarcelados en los 2000', dispara este mantra: ¡Racista! ¡Xenófobo!
¡Intolerante! ¡Facha! ¡Nazi!... Los mantras lanzados por un individuo son
consecuencia de una técnica de adiestramiento
psicológico, llamada condicionamiento operante, consistente en hacer que
una respuesta determinada se suceda a un estímulo. También se usa en animales.
En definitiva, opino que haber derivado el mundo
occidental en sociedades políticamente correctas, constituye un auténtico
atentado contra la libertad de expresión que se supone que disfrutamos. La cosa
va a más, por eso no pasará inadvertida, y confío en que, tarde o temprano, la
corrección política acabe cayendo por su propio peso. De todas maneras, en
España, eso parece estar aún muy lejano.
Héctor Rodríguez Sánchez, 3º ESO E
Gracias por publicarlo.
ResponderEliminarEn cuanto a la imagen, por si hay algún despistado, es por el inglés, political correctness.