lunes, 29 de mayo de 2017

Premio en el VI Certamen literario "Mujeres y Letras"


Mujer de fuego
Juan Antonio Rivas Manzano
2º Bachillerato
        Cuando el taxi me dejó en el que sería el hostal que alquilé durante aquellos días sentí una sensación extraña. En aquella ciudad se respiraba un aire mustio acompañado de un gran silencio del que sólo se podía escuchar el agua correr que provenía de una rotura en una boca de riego. El ambiente era lúgubre, no se veía a nadie transitar por las calles. Los cristales de las ventanas de aquel lugar tenían un brillo extraño, etéreo, como si ellas mismas quisieran decir que lo mejor sería no mirar a través de ellas. En su conjunto, parecía que aquella ciudad estuviera esperando a que algo malo sucediera.
      Fue entonces cuando iba a dar mi primer paso ante la puerta del hostal para entrar cuando escuché a una persona tosiendo. Me giré y no vi a nadie. Estuve un rato observando y me percaté de que en un banco del parque que se encontraba justamente en frente había alguien sentado. No dudé en acercarme, era la primera persona que veía en la ciudad.
      Cuando apenas empezamos a hablar, comenzó a llover fuertemente y le dije que me siguiera hasta el hostal. Allí recogí mi llave y entramos empapados a mi habitación. Apenas sin conocerla, parecía una locura esta situación.
       Busqué el baño para coger algunas toallas para secarnos y fue en ese momento en el que escuché una melodía de piano. Me quedé petrificado. ¿De dónde venía esa música? Fui acercándome siguiendo el sonido y pude averiguarlo. En el salón había un piano, y allí estaba ella, con la mirada perdida y cabeza gacha. Aún mojada, escurriéndole las gotas de la lluvia por el pelo y dejándolas caer sobre parte de la alfombra y las teclas que seguía tocando de forma armoniosa. No se había molestado en encender la luz. Lo único que iluminaba la habitación eran los pequeños rayos de sol que dejaban entrar las entrecerradas rendijas de la ventana.
       Tras hablar con ella me contó su historia. Aprendió a tocar el piano en su niñez, pero tuvo que dejarlo por motivos familiares y aún recordaba un par de canciones. Vivió durante su vida en un barrio de Asturias con sus padres, de los cuales, su padre falleció apenas siendo ella una niña, quedando ella como hija única. En aquel momento no tenía relación con nadie de su familia, su madre la echó de casa tras haberle intentado ocultar que estaba embarazada a sus diecisiete años, y aunque luego abortó, no ha vuelto a saber nada más de ella. Vivió su adolescencia en casa de sus abuelos, los cuales la mantuvieron y pagaron sus estudios. Ella estudió bellas artes en la Universidad Complutense de Madrid, pero si había algo que adoraba era la lectura y escribir.
        Tenía pensado publicar un libro. No aspiraba a la fama, y de hecho, me contó que no le llamaba la atención aquello de ser una cara conocida. Le parecía más interesante publicar con un sobrenombre, de forma misteriosa.
       Y la verdad es que sí que era misteriosa. Quizá por eso a la mañana siguiente desapareció sin despedirse, dejándome junto a la mesa del piano una servilleta con un mensaje que decía: “Gracias por dejarme pasar la noche, no podría haber llegado a casa con la tormenta. Me gustaría pedirte un favor. Da este nombre en correos y te entregarán un paquete. Espero que comprendas mis intenciones.”
        Cuando recogí el paquete descubrí que se trataba de la obra que quería publicar y unas notas. Al parecer, era cierto aquello de que quería hacerlo de manera anónima. Además, quería que lo mandara yo mismo a la editorial para conservar su anonimato. Cosa que por su puesto hice por ella, tras leer de qué se trataba de una novela que hablaba de su vida. Recopilaba todo lo que me había contado antes y más. En las notas, además de las indicaciones, se encontraba la justificación al por qué la quería publicar de manera anónima:
       “Este libro es mi vida tal y como ha sido hasta ahora. Contiene por su puesto buenas experiencias y momentos inolvidables, pero sobre todo, errores de los que me arrepentiré toda mi vida. No me gustaría que le ocurriera a muchas personas jóvenes lo que yo tuve que vivir. Y si les llega a ocurrir, que sean conscientes de que aunque sea difícil encontrarla, los caminos tienen más de una salida.”
       Por mi parte, vi necesario añadir al libro una dedicatoria personal hacia ella:
Mujer de fuego,
Estés donde estés
Gracias por enseñarme
Que de las extintas cenizas
Siempre podrá surgir una chispa.

Premio en el VI Certamen Literario

MEZCLANDO ILUSIONES”

Ana María Cobo Pérez
1º de ESO
-No me puedo creer que después de tantos años la librería tenga que cerrar. Este lugar me transmite tantos recuerdos de horas y horas sentada en este mismo sillón, creando historias para el disfrute de los demás. Esto no puede acabar aquí -dijo Emma.
Emma Unirish, era una afamada escritora conocida mundialmente por sus apasionantes historias y poesías, propietaria de una prestigiosa librería la cual llevaba décadas de éxito. Emma veía como su negocio se iba a pique por el excesivo uso de la tecnología. Debido a la existencia de los libros electrónicos, ya nadie leía libros impresos en papel, lo cual Emma no lograba comprender. ¿Qué era mejor que la embriagadora fragancia a libro nuevo, pasar las hojas y sentir su textura entre los dedos y la tinta impresa en el papel? Sus ventas cayeron en picado y además su situación económica no era mucho mejor, con el coste de mantener la librería necesitaba hacer algo para no verse en la calle.
-       ¿Qué puedo hacer July? -preguntó a su mejor amiga que la contemplaba recorrer los pasillos de la librería rebosantes de libros.
     July era muy guapa, sus ojos eran de color miel y su largo cabello castaño oscuro estaba recogido en un moño.
-Podrías escribir un libro -contestó –pero no un libro cualquiera, esta vez tiene que ser algo totalmente diferente, un libro que recoja todos los sentimientos que puede albergar la lectura, tiene que ser el libro perfecto concluyó July.
July hablaba con aire soñador, la ilusión inundaba sus ojos.
-¡Genial! Me encanta esa idea, pero esta vez no voy a escribir el libro yo sola, buscaré la colaboración de otras escritoras de todo el mundo para llevar a cabo este proyecto tan especial.
-Pero, ¿quiénes son y cómo las reuniremos?                                                      -Muy --Sencillo-respondió Emma con seguridad- les enviaremos una carta a las mejores escritoras de todo el mundo especialistas en diferentes géneros literarios y les explicaremos nuestra situación pidiendo su participación en este proyecto. Si aceptan vendrán a la librería dentro de una semana, ¿Me ayudas a escribirlas?
-Claro-respondió July.
Después de varias horas July y Emma consiguieron escribir y enviar 5 cartas.
-Bueno, repasemos: La primera carta es para Trycia Elims, una gran escritora alemana que, con cada una de sus novelas puede dibujarte una sonrisa en el rostro.
La segunda carta pertenece a Nadya Jackson una joven parisina cuyas historias de amor llegan a millones de jóvenes.
La tercera carta es para Mery Neyvar una estadounidense cuya habilidad para plasmar la melancolía en el papel es admirable.                                                 
La carta siguiente es para Dafne Brown, de origen inglés, es la reina del suspense.                                                                                                                           
Y por último pero no por ello menos importante Gloria Tesfuer, cuyas poesías y cuentos infantiles han llegado al corazón de millones de niños y no tan niños, reivindicando igualdad entre géneros y la paz-concluyó Emma.                                
Esperemos que acepten-Dijo July.       
                                                                
Una semana y media después, cuando toda esperanza de salvar la librería estaba perdida, cinco mujeres entraron por la vieja y oxidada puerta de la librería, Emma ya pensaba que no vendrían.                                                                    
 La primera en entrar fue Mery, su cabello en media melena era de un color caoba que hacía que resaltasen sus grandes y verdes ojos. La segunda en entrar fue Gloria, cuyo cabello gris perla estaba recogido en un moño. Después entró Nadya, que llevaba su largo pelo rubio suelto y adornado con una boina negra. Dafne fue la penúltima en entrar, seguida por Trycia, ambas con el pelo castaño oscuro y los ojos castaños, pero Dafne llevaba unas grandes gafas azules.
Después de un cordial saludo comenzaron a charlar sobre el proyecto ya que las presentaciones entre ellas eran innecesarias pues habían coincidido en numerosos eventos literarios.
El proyecto les parecía una buena idea, ya que en el fondo ellas también se habían visto afectadas por la misma situación por la que atravesaba Enma en cierto modo.
Escribir un buen libro y en especial este, que era un proyecto aún más complicado, era un proceso tedioso que podía llegar incluso a tardar años, por este motivo Emma las acogió en su casa 1 año y 7 meses, que fue justo el tiempo que tardaron en escribir ”Mezclando ilusiones”, libro que meses después fue publicado por numerosas editoriales llegando a ser best seller mundial.
Una de las particularidades de este libro, además de ser narrado y creado por seis personas diferentes, es que las autoras se negaron a que su libro se vendiese digitalmente estando totalmente prohibido.
El libro tuvo tanto éxito que Emma pudo salvar la librería y las autoras crearon un club del que solo ellas forman parte y en el que se escriben libros cuya venta digital sigue estando prohibida.

martes, 9 de mayo de 2017

Encuentros con el autor en la Biblioteca







Durante la semana del libro hemos tenido la fortuna de escuchar a diversos escritores dialogando con los alumnos sobre sus libros, el proceso de la escritura y la edición, imaginación, investigación y lectura.

Los autores y sus obras han sido:
 
Cosmin Stircescu "Fuego eterno"

 
Juan Pardo Vidal " La memoria de los peces"


 Rafael Jiménez Torres "El dolor de la palabra" 

Francisco Martín Milán "Madre anoche en las trincheras"