sábado, 26 de abril de 2014

Manifiesto en favor de la lectura

Todos somos Robinsón
 
Almudena Grandes 

Escribir un libro es inventar una isla desierta, modificar con un punto apenas perceptible el mapa de los sentimientos, de las emociones humanas, para desear fervientemente un naufragio, la llegada de ese Robinsón desnudo y desarmado que somos todos los lectores cuando abrimos por primera vez un libro.

Yo he creado algunas de esas islas, pero he colonizado muchísimas más. He nadado centenares, quizás miles de veces, hasta el barco, y he vuelto remando, con madera, con lienzos, con comida, con armas y municiones para defender mi casa. Y en muchos de esos viajes, un grano de trigo ha caído en la tierra sin que yo me diera cuenta, y el sol y la lluvia lo han hecho germinar, y ha crecido una espiga para que yo pudiera cosecharla, y molerla, y fabricar por fin mi propio pan, un pan que me ha alimentado mucho más que las tostadas que desayuno todos los días. Yo he aprendido muchas más cosas en los libros que en la vida, y he sido feliz, y desgraciada, y me he reído, y he llorado, y me he asustado, y me he emocionado, y me he enamorado, y me he desenamorado muchas más veces, porque los libros viven, laten, palpitan con su propio corazón. La literatura es el telar donde Penélope teje cada día con los hilos de la vida humana el sudario que desteje cada noche paraempezar otra vez, apenas sale el sol, desde hace miles de años.

La lectura y la escritura son dos caras de la misma moneda, una isla desierta y su náufrago. Yo lo sé bien, porque fueron los propios libros quienes me abocaron a escribir libros, y si antes no hubiera vivido leyendo, nunca habría podido empezar a escribir. Cuando descubrí la extraordinaria capacidad de la literatura para multiplicar y enriquecer mi vida, la prodigiosa generosidad con la que desplegaba ante mis ojos una infinidad de aventuras, de lugares, de identidades múltiples que sin embargo eran capaces de superponerse sin conflicto alguno a mi propia identidad, para coexistir con el tiempo y el espacio de mi vida verdadera, me enganché a los libros como otros se enganchan al ejercicio físico, al alcohol, a la velocidad o a la música. Y si alguna vez, aquel fervor se identificó con la necesidad de autoafirmación de todos los adolescentes, pronto empezó a confundirse con el puro instinto de supervivencia de los adultos.

Eso sigue siendo tan cierto que, si en este momento, alguien me obligara a elegir entre vivir sin leer y vivir sin escribir, estoy segura de que acabaría renunciando al oficio que he perseguido desde que era una niña que decía que iba a ser escritora. Porque tal vez sería capaz de llegar a ser feliz trabajando en otra cosa –una librería literaria, una papelería bien surtida de rotuladores y lápices de todos los colores, una ferretería empapelada de cajoncitos con tuercas y tornillos, o una huerta- pero, para mí, vivir sin leer ya no sería vivir, sino un sucedáneo insoportable de la vida.

¿Quieren ustedes vivir? Lean.
¿Quieren vivir más años, con más intensidad, más variedad, más alegría? Lean más.


Déjense llevar por las eternas mareas de una pasión inmortal y no teman a las olas. Al otro lado de cualquier océano siempre hay una playa, una isla, un mundo completo que sabrá llamarles por su nombre y un grano de trigo que les está esperando.

SEMANA DEL LIBRO

La semana del 22 al 25 de abril hemos celebrado en el Instituto una serie de actividades para promover la lectura. Aprovechando que el miércoles era el día mundial del libro, invitamos a una serie de escritores para que hablasen en las aulas de literatura. 

De este modo, el martes Rafael Jiménez, profesor de historia en nuestro centro y escritor, estuvo dialogando con los alumnos de Segundo de Bachillerato sobre el autor, la obra, el lector y el género. A continuación el miércoles Diego Reche, escritor almeriense y profesor de Lengua en el IES El Parador, dio una sesión sobre poesía a los alumnos de 1º de ESO en el Salón de Actos. Acompañó su charla con una pequeña actuación teatral de sus alumnos. El jueves la investigadora de la UAL Raquel Fernández, desarrolló un taller de creación literaria con los alumnos de 4º de ESO, el cual resultó muy interesante, dejándonos con el deseo de continuarlo o incluso repetirlo. Por último el viernes 25 el joven escritor Cosmin Stircescu, que fue alumno en nuestro instituto, presentó su primer libro “La Vara de Argoroth” a los estudiantes de 1º de Bachillerato, en un diálogo muy productivo sobre el proceso de elaboración de un libro.
Por otro lado, durante toda la semana el mercadillo del libro usado ha estado instalado en la Biblioteca, para que cualquier alumno o profesor pudiera intercambiar ejemplares.

Y finalmente destacar el desarrollo del Certamen literario que, con el tema: "El amor a los animales", se ha venido haciendo en todos los grupos de Secundaria. En las próximas semanas se elegirá a los ganadores y se entregarán los premios en el mes de junio.