jueves, 23 de mayo de 2013

Primer Premio Certamen Literario. Primer ciclo ESO

Cuando llegó la cena estaba fría… 

     Cuando llegó la cena estaba fría. Era de noche y el reloj marcaba las doce. Le pregunté que de dónde venía, y no me respondió. Sabía que algo extraño le pasó. No pude dormir.., pensaba únicamente en él, intentando buscar respuesta a mis preguntas… Algo de él me llamó la atención. Siempre salía de noche e iba hacia la biblioteca, subiendo por la calle Grinbow. Quería averiguar qué hacía a esas horas de la noche en la biblioteca. Decidí seguirle la próxima vez que saliese, y así lo hice. Salió en el silencio de la noche, y yo detrás de él a paso silencioso. Él se aseguró de que no hubiera nadie y entró por un agujero en la parte trasera de la biblioteca. Un rato después, yo también entré, pero no ví ni rastro suyo. Paseé por los pasillos buscando alguna pista cuando, de repente, se abrió un pasillo profundo. Bajé por él y contemplé el entorno. En las paredes de esa sala había pictogramas antiguos y una escritura griega que conocía y que decía: 
“Ve a la tierra de los vivos, si no quieres ir a la de los muertos” 
Me fui corriendo de allí y no volví a saber nada de él…

  Larisa Belintan, 1º De ESO

domingo, 19 de mayo de 2013

Primer premio Certamen Literario. Bachillerato


La última Gaermon

         Tenía restos de lágrimas en sus mejillas, estaba cansada de huir por aquel sórdido pueblo. Abbey tenía una teoría sobre aquellos “seres” extraños que tanto ansiaban encontrarla. Sin duda se trataba de cazadores de Gaermons. Los Gaermons eran seres ya prácticamente inexistentes en la tierra, y a los cuales  Abbey tenía el deber de revivir, al ser la última de la especie con vida.
        Después de haber estado un tiempo huyendo, llegó a una casa a las afueras del pueblo, donde parecía no vivir nadie. Entró sigilosa, armada con el arco que había heredado de su madre al ser asesinada por uno de los cazadores. Mientras recorría la casa oyó un ruido proveniente del cobertizo.              Quizás lo más sensato hubiera sido marcharse, pero Abbey tenía que investigar.
Al acercarse vio una extraña sombra y sus sentidos empezaron a dispararse. Un niño. Su sed era tanta que se abalanzó sobre él sin dudarlo un instante. Cuando estaba a punto de aniquilar a su débil presa, una bala rozó su cuello. Se trataba de uno de los cazadores. Velozmente descolgó el arco de su espalda y lanzó una de sus flechas envenenadas.
Permaneció allí unos minutos, viendo como el cazador agonizaba y se retorcía de dolor en el suelo. Dos minutos. Tres minutos. Silencio. Otro ruido, sí, otro ruido, esta vez proveniente de la casa. Abbey estaba herida así que decidió seguir con la huida, no sin antes haber arrebatado el corazón de aquel niño.
Había estado mucho tiempo sola, huyendo, muerta de hambre y con la única esperanza de poder cumplir su misión. Meses atrás cuando descubrió la única manera de revivir a los suyos, pensó que era una idea descabellada, absurda y cruel. Ahora esa idea era su realidad. Arrancar corazones humanos con esencias puras no era algo que la entusiasmara, sin embargo debía hacerlo. Cuando por fin había conseguido reunir los suficientes, se dirigió a su escondite a recoger los elementos necesarios para realizar el hechizo que devolvería la vida a su especie.
Se adentró en lo más profundo del bosque para no ser vista por los cazadores. Primero hizo una triqueta con todos los corazones. Se metió entre ellos y pronunció el hechizo. El cielo se oscureció, los truenos y rayos caían y resonaban a su alrededor. Sus ojos se tornaron oscuros, sin alma. Cuando estaba a punto de pronunciar la última palabra…
Sangre. Una bala había atravesado su pecho. Un destello de luz de una de sus lágrimas cayendo por sus mejillas y en ese momento todo se tornó negro. 
Yésica Florencia Couget, 1º Bachillerato A

martes, 14 de mayo de 2013

MENCIÓN EXTRAORDINARIA EN EL CONCURSO NACIONAL "SI ERES ORIGINAL, ERES DE LIBRO"

¡ENHORABUENA A LOS ALUMNOS!
Alejandro Benavides Ubric
Juan Cándido Gallardo Cara
Juan Luis Vizcaíno Gallardo


TEXTO DEL COMUNICADO

Por medio de la presente comunicación nos complace exponerles que el jurado de la 7.ª edición del concurso Si eres original, eres de libro, compuesto por Juan Cruz Iguerabide, Margarita Prado y Fernández, Carme Riera, Javier Sádaba, Margarita Salas, Ramón Tamames y Pedro de Andrés, presidente de CEDRO, ha resuelto conceder una mención extraordinaria al trabajo de investigación titulado ¡Tierra a la vista!.
El trabajo ha sido realizado por el equipo Jabegotes, de 2º bachillerato, del centro IES Turaniana (Roquetas de Mar, Almería), con la coordinación de la profesora María Isabel Molina Caba.
El panel definitivo con los trabajos premiados y finalistas se encuentra expuesto en la web de Es de libro.
El jurado del concurso ha decidido, por unanimidad, reconocer la excelente calidad del trabajo presentado, la originalidad en sus planteamientos y ejecución, el respeto a los derechos de propiedad intelectual y el esfuerzo investigador llevado a cabo por sus autores.
Como reconocimiento a esta labor, en los próximos días recibirán en su centro un diploma acreditativo de la mención extraordinaria otorgada por el jurado del concurso. Por este motivo les rogamos que, a la mayor brevedad posible, nos indiquen cualquier error que se haya podido producir respecto a los datos de participación mencionados en los párrafos anteriores. Igualmente, para confeccionar el diploma correspondiente, les rogamos nos envíen los nombres completos de los alumnos que componen el equipo, antes del próximo lunes 20 de mayo.
Finalmente, solo nos queda transmitirles nuestro sincero agradecimiento por su excelente participación en el concurso y despedirnos con el deseo de volver a contar con ustedes en la próxima edición.
En Madrid, a 14 de mayo del 2013.
Atentamente,
Álvaro Cruz
Secretaría Técnica de Es de libro

lunes, 13 de mayo de 2013

2º Premio Certamen Literario. Primer Ciclo de Secundaria

 QUERIDA ... AMADA MÍA.
Tenía restos de lágrimas en las mejillas.
Los ojos rojos como llamas en el infierno y labios rosas como pétalos.
Aquel muchacho al que siempre había amado la observaba deslumbrado.
Se le acercó y le susurró al oído: ``Amada mía ¿Qué te ha pasado?´´
Ella no respondía, mas no lloraba, ni mucho menos sonreía.
En sus ojos brillaba una chispa de melancolía.
En aquellos ojos azules verdosos.
Azules como el cielo, verdosos como las hojas de una rosa a la que han arrancado despiadadamente los rojos pétalos dejando solamente un espinoso tallo.
La muchacha no le pudo sostener ni un segundo más la mirada, y sobre su amado comenzó a llorar desconsolada.
Lágrimas y lágrimas derramaba. Lágrimas saladas como el agua del mar en la playa.
``Cuéntame amada mía, cuéntame querida ... amada mía, que es aquello que te atormenta y perturba la conciencia.
Dime, ¿Qué es aquel sentimiento demasiado ... tan poderoso, como para ser capaz de borrar de tu rostro esa enorme, maravillosa y deslumbrante como el sol ... Sonrisa que tu siempre tenías?
Cuéntame querida ... amada mía, que si no me cuentas ami tu tristeza y melancolía ¿A quién más se la contarás amada mía?´´
La joven secó sus lágrimas, más aún tenía restos de lágrimas en las mejillas, y sus ojos ... rojos e hinchados ...
Le susurró en el oído, aquello que le atormentaba. Aquello que no iba a poder guardarse mucho más. Pues nadie puede, nadie debe.
Y su amado rompió a llorar como nunca en su vida, jamás, lo había hecho ...
Chaima Benssar de 1 ESO C